La palma de tagua crece en abundancia a la orilla de los ríos tropicales de Colombia. Las frutas son del tamaño de un melón y crecen en ramilletes de forma globular en la base de la planta hembra. Cada fruta tiene espinas puntiagudas y contiene por lo menos cuatro semillas grandes. Cada palma puede producir hasta veintitrés kilos de nueces al año.
LA HISTORIA
La palma de la tagua es oriunda del bosque húmedo, pero sus semillas han sido trasladadas al altiplano donde los artesanos de Boyacá desarrollaron una tradición de tallarla desde hace más de cien años. Probablemente desde el siglo XIX se comenzó a transportar la semilla de tagua por el Río Magdalena desde la Depresión Momposina. Denominada “marfil vegetal” por su textura y dureza, la tagua se convirtió en valioso producto de exportación que se usaba para hacer botones. En esa época, las semillas de tagua también eran utilizadas de último momento en los buques que viajaban entre Europa y los Estados Unidos. En la década de los años 1950, la tagua fue remplazada por materiales sintéticos para la producción de objetos en cantidades industriales.
Todavía los artesanos trabajan la tagua usando gubias, tornos eléctricos y sierras artesanales para fabricar implementoscotidianos y objetos decorativos de gran belleza.
Nuestra taza Chocolatera
Este material es extraordinario por su belleza natural y sostenibilidad. Originaria de las palmas de la región tropical de América del Sur, la tagua se ha convertido en un recurso valioso para la creación de artesanías y objetos decorativos debido a su dureza, color blanco marfil y la facilidad con la que puede ser tallada.
Nos enorgullece incluir la madera de tagua en nuestra colección de materiales exóticos. Este material no solo representa la riqueza natural de nuestra tierra, sino que también nos permite mantener vivo el arte tradicional de la talla en madera. La tagua es utilizada en diversas creaciones que se exhiben en el museo una de estas es la jarra chocolatera más pequeña del mundo, elaborada con la misma dedicación y pasión que nos caracteriza. Esta diminuta obra maestra, que desafía los límites de lo que es posible en la artesanía, simboliza nuestro compromiso con la innovación y la preservación de nuestras tradiciones. La jarra no solo es un ejemplo de la destreza artesanal, sino también una pieza que resalta el valor de materiales naturales como la tagua en la elaboración de objetos de arte únicos.

